We often equate Advent and Lent and think of them the same way.  We even do some of the same things during each season – for example, using the color violet in vestments and church decorations and celebrating the Sacrament of Reconciliation.  Advent and Lent do have some commonalities.  Both are, after all, seasons of preparation to celebrate divine mysteries – the mystery of the Incarnation at Christmastime and the Paschal mystery at Eastertime.  But I think the underlying spirituality of each season is very different and should be kept that way:  Whereas Advent is a season of waiting and anticipation, Lent is a season of penitence and ongoing conversion.

That said, I think that this Lent, at this point in the coronavirus pandemic, needs to incorporate both Advent and Lenten spiritualties.  In terms of our Lenten observance this year, we certainly are called as disciples of Jesus Christ to practice Lenten self-discipline and sacrifice in continuing to do our part to fight COVID-19, including social distancing, wearing facemasks, getting vaccinated when it is our turn, etc.

But many of us are anxious to be done with COVID-19 and impatient to get back to normal life.  The Letter of James (5:7-11) encourages us to be patient, a message that is usually associated with Advent but seems apropos for this season of Lent 2021 as well:  “Be patient, … brothers, until the coming of the Lord…  You … must be patient. Make your hearts firm, because the coming of the Lord is at hand.”  (Click here to listen and meditate on a musical adaptation of this passage by John Foley, S.J.)

So let us be patient, brothers and sisters.  God is leading us toward the end of the coronavirus pandemic, when our self-disciplined and sacrificial fight against COVID-19 will be victorious.  But let us be patient until God’s will comes to fruition.

A menudo equiparamos Adviento y Cuaresma y pensamos en ellos de la misma manera. Incluso hacemos algunas de las mismas cosas durante cada temporada, por ejemplo, usar el color violeta en vestimentas y decoraciones de la iglesia y celebrar el Sacramento de la Reconciliación. El Adviento y la Cuaresma tienen algunos puntos en común. Después de todo, ambos son tiempos de preparación para celebrar los misterios divinos: el misterio de la Encarnación en la época navideña y el misterio pascual en la Pascua. Pero creo que la espiritualidad subyacente de cada época es muy diferente y debería mantenerse así: mientras que el Adviento es una época de espera y anticipación, la Cuaresma es una época de penitencia y conversión continua.

Dicho esto, creo que esta Cuaresma, en este punto de la pandemia del coronavirus, necesita incorporar tanto la espiritualidad de Adviento como la de Cuaresma. En términos de nuestra observancia de la Cuaresma de este año, ciertamente estamos llamados como discípulos de Jesucristo a practicar la autodisciplina y el sacrificio de la Cuaresma para continuar haciendo nuestra parte para combatir el COVID-19, incluido el distanciamiento social, el uso de máscaras faciales y la vacunación cuando es nuestro turno, etc.

Pero muchos de nosotros estamos ansiosos por terminar con COVID-19 e impacientes por volver a la vida normal. La Carta de Santiago (5: 7-11) nos anima a ser pacientes, un mensaje que suele asociarse con el Adviento pero que también parece apropiado para esta temporada de Cuaresma 2021: “Tengan paciencia,… hermanos, hasta la venida del Señor. …  Deben ser paciente. Hagan sus corazones firmes, porque la venida del Señor se acerca ”. (Haga clic aquí para escuchar y meditar sobre una adaptación musical de este pasaje en inglés de John Foley, S.J.)

Así que seamos pacientes, hermanos y hermanas. Dios nos está guiando hacia el final de la pandemia de coronavirus, cuando nuestra lucha autodisciplinada y sacrificada contra COVID-19 saldrá victoriosa. Pero seamos pacientes hasta que la voluntad de Dios se haga realidad.