This Sunday, December 12, the Church officially celebrates the Third Sunday of Advent. Normally, of course, we celebrate the Feast of Our Lady of Guadalupe on December 12.  But when December 12 falls on a Sunday of Advent, the Church’s liturgical law provides that the readings and prayers for that Sunday of Advent are used at Masses rather than the readings and prayers for the Feast of Our Lady of Guadalupe.

Nevertheless, here at our church and parish named for Our Lady of Guadalupe, we will not let December 12 pass without honoring our patroness and celebrating our patronal feast.  As usual, the west side altar will be decorated for Our Lady of Guadalupe, and there will be special events celebrating the feast – see the schedule elsewhere in this Messenger.

I think that it is good that we celebrate the Feast of Our Lady of Guadalupe during Advent each year, a season of reflecting on all of the ways that Jesus has come to us, continues to come to us, and will come to us for all of eternity.  Reflecting on Mary’s visitation as Our Lady of Guadalupe to what is today Mexico City from December 9-12, 1531, we are reminded of the key role that Mary has played in bringing Jesus to us through the generations.  The Gospel of Luke recounts how immediately after the Annunciation (Luke 1:26-38), Mary brought Jesus in her womb to visit her cousin Elizabeth (Luke 1:39-56).  Mary was present at key moments in Jesus’ life and encouraged his earthly ministry, including at the Wedding Feast of Cana (John 2:1-12) and at the foot of the Cross (John 19:25-27).  After Jesus’ Ascension, Mary was with the Apostles in the Upper Room in Jerusalem when the Holy Spirit came upon them at Pentecost and inaugurated the Church (Acts 1:13-14; 2:1-47).  Even after Mary was assumed into Heaven at the end of her earthly life, she continued to support Jesus and his Church by appearing in various parts of the world and bringing Jesus’ Good News to us, including in her appearance as Our Lady of Guadalupe in 1531.

As we celebrate Our Lady of Guadalupe on this Third Sunday of Advent, let us thank God for the gift of Mary, who said yes to receiving Jesus and bringing him to us at that first Christmas – and who has not stopped bringing Jesus to us ever since.  And in this season of Advent when we pray with particular fervor, “Come, Lord Jesus,” let us ask God to help us follow Mary’s example not only by readily receiving Jesus into our lives but also by bringing Jesus and his Good News to everyone in our lives.  If we follow Mary’s example, Jesus really will be the gift that keeps on giving!

Este domingo, 12 de diciembre, la Iglesia celebra oficialmente el Tercer Domingo de Adviento. Normalmente, por supuesto, celebramos la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe el 12 de diciembre. Pero cuando el 12 de diciembre ocurre en un domingo de Adviento, la ley litúrgica de la Iglesia requiere que las lecturas y oraciones para ese domingo de Adviento se utilicen en las Misas en lugar de las lecturas y oraciones para la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.

Sin embargo, aquí en nuestra iglesia y parroquia que llevan el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe, no dejaremos pasar el 12 de diciembre sin honrar a nuestra patrona y celebrar nuestra fiesta patronal. Como de costumbre, el altar del lado oeste estará decorado para Nuestra Señora de Guadalupe, y habrá eventos especiales para celebrar la fiesta – consulte el calendario en otra parte de este Messenger.

Creo que es bueno que celebremos la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe durante el Adviento cada año, una temporada de reflexión sobre todas las formas en que Jesús ha venido a nosotros, sigue viniendo a nosotros y vendrá a nosotros para todos de la eternidad. Al reflexionar sobre la visitación de María como Nuestra Señora de Guadalupe a lo que hoy es la Ciudad de México del 9 al 12 de diciembre de 1531, recordamos la importancia de María al traernos a Jesús a través de las generaciones. El Evangelio de Lucas relata cómo inmediatamente después de la Anunciación (Lucas 1: 26-38), María llevó a Jesús en su vientre para visitar a su prima Isabel (Lucas 1: 39-56). María estuvo presente en momentos importantes de la vida de Jesús y alentó su ministerio terrenal, incluso en la boda de Caná (Juan 2: 1-12) y al pie de la Cruz (Juan 19: 25-27). Después de la Ascensión de Jesús, María estaba con los Apóstoles en el Cenáculo de Jerusalén cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos en Pentecostés e inauguró la Iglesia (Hechos 1:13-14; 2:1-47). Incluso después de que María fue asumida al cielo al final de su vida terrenal, continuó apoyando a Jesús y a su Iglesia al aparecer en varias partes del mundo y traernos las Buenas Nuevas de Jesús, incluso en su aparición como Nuestra Señora de Guadalupe en 1531.

Al celebrar a Nuestra Señora de Guadalupe en este tercer domingo de Adviento, demos gracias a Dios por el regalo de María, quien dijo que sí a recibir a Jesús y traerlo a nosotros en esa primera Navidad – y que no ha dejado de traernos a Jesús desde entonces. Y en esta época de Adviento, cuando oramos con especial fervor, "Ven, Señor Jesús", pidamos a Dios que nos ayude a seguir el ejemplo de María, no solo recibiendo fácilmente a Jesús en nuestras vidas, sino también llevando a Jesús y su Buena Nueva a todos en nuestras vidas. Si seguimos el ejemplo de María, ¡Jesús será realmente el regalo que sigue dando!