As the coronavirus has continued to spike, there are two lines in this Sunday’s second reading from the Letter to the Romans that I think particularly speak to us at this time.

First, we are promised that the Holy Spirit “comes to the aid of our weakness” (Romans 8:26).  If the current news about the coronavirus leaves us feeling weak and vulnerable, let us remember that it is especially when we are feeling weak and vulnerable that the Holy Spirit “comes to the aid of our weakness.”  And with our all-powerful God on our side, we are anything but weak or vulnerable in the face of the coronavirus or any other challenge in our lives.

The Letter to the Romans then reminds us that if we sometimes are weak in our faith and doubt that the Father is hearing our groanings – these days especially for help and relief from the coronavirus – the Holy Spirit himself “intercedes with inexpressible groanings” (Romans 8:26).

I think that many of us are doing a lot more groaning these days than usual, and we can take comfort that the Holy Spirit is groaning right along with us for a cure to the coronavirus.   God does indeed hear our groanings, and the Holy Spirit amplifies our groanings.

Eventually God will answer our prayers and groanings with a cure for the coronavirus.  In the meantime, even in the weakness that we may be feeling because of the coronavirus, we are strong because our all-powerful God is with us all the way.

A medida que el coronavirus ha seguido aumentando, hay dos líneas en la segunda lectura de este domingo de la Carta a los Romanos que creo que nos hablan particularmente en este momento.

Primero, se nos promete que el Espíritu Santo "viene en ayuda de nuestra debilidad" (Romanos 8:26). Si las noticias actuales sobre el coronavirus nos dejan sintiéndonos débiles y vulnerables, recordemos que es especialmente cuando nos sentimos débiles y vulnerables que el Espíritu Santo "viene en ayuda de nuestra debilidad". Y con nuestro Dios todopoderoso de nuestro lado, no somos ni débiles ni vulnerables frente al coronavirus o cualquier otro desafío en nuestras vidas.

Entonces la Carta a los Romanos nos recuerda que si a veces somos débiles en nuestra fe y dudamos de que el Padre esté escuchando nuestros gemidos – en estos días especialmente por ayuda y alivio del coronavirus – el Espíritu Santo mismo "intercede por nosotros con gemidos inefables" (Romanos 8:26). Creo que muchos de nosotros estamos gimiendo mucho más de lo habitual en estos días, y podemos consolarnos de que el Espíritu Santo está gimiendo junto con nosotros para curar el coronavirus. Dios realmente escucha nuestros gemidos, y el Espíritu Santo amplifica nuestros gemidos.

Eventualmente Dios responderá nuestras oraciones y gemidos con una cura para el coronavirus. Mientras tanto, incluso en la debilidad que podemos sentir debido al coronavirus, somos fuertes porque nuestro Dios todopoderoso está siempre con nosotros.